sábado, 10 de octubre de 2009


PR-S 125 San Julián y Hoya Somante














El municipio de Liendo contiene, en una extensión de 26 km2, playas de extensos arenales, farallones acantilados en los que se refugia el buitre leonado, imponentes macizos calcáreos poblados por encinas y fondos de valle con extensas superficies de mies surcadas por arroyos y ocupadas por asentamientos humanos. El Pequeño Recorrido aquí descrito, muestra al caminante parte de este patrimonio en un recorrido circular de 5 km a realizar en 2,5 horas.

La senda comienza en la zona recreativa del Campo de San Juán, Bº de Villanueva, donde se toma la carretera local que en ascenso lleva hasta la una explanada en un alto frente a la Playa de San Julián y la Peña caliza del Erillo. En este mirador natural se puede descender a la playa y contemplar el Diapiro de Liendo, fácilmente identificable por su color rosado e incluido en el Inventario Nacional de Puntos de Interés Geológico del IGME. Sobrevolando las paredes calizas más próximas se encuentra una valiosa colonia de buitres leonados (Gyps fulvus), de ubicación única en España por anidar en estos escarpados acantilados hasta 90 parejas. El alimoche (Neophron percnopterus), otro buitre migrador, cría en las repisas más remotas y su vuelo lento y majestuoso puede observarse en los meses cálidos. Otras aves propias de estos medios rocosos son el halcón peregrino, el avión roquero, la chova piquigualda y chova piquirroja, el cuervo, etc.
Tomando la pista de tierra que nace a la derecha, el camino conduce hasta la Ermita de San Julián entre una variada vegetación donde en la orla de las plantaciones de eucalipto (Eucaliptus globulus), crecen arbustos de salguera negra (Salix atrocinerea), tojo (Ulex europaeus), brezos (Daboecia cantabrica, Erika vagans, Calluna vulgaris), endrino (Prunus spinosa), etc., así como especies arbóreas propias del encinar. El relieve está dominado por gran variedad de formas de modelado kárstico, resultado del proceso de disolución por el agua de rocas carbonatadas como las calizas y las margas, generando estructuras erosivas como son los lapiaces, dolinas, uvalas, sumideros, cuevas, hoyos o surgencias que tapizan el Monte Candina. La senda tropieza con las ruinas de La Ermita de San Julián, obra arquitectónica más antigua del municipio de Liendo perteneciente a la última etapa del románico (siglos XII-XIII). En su entorno se encuentra una Necrópolis Medieval con restos de un varón en una tumba de lajas.
Continúa el ascenso y al llegar a una cabaña, se observa la Cubeta de San Julián. La vegetación circundante es la propia del encinar cantábrico, bosque singular del paisaje de Cantabria y formación relicta del Terciario, cuando la encina (Quercus ilex) dominaba las masas forestales de la región y el progresivo cambio hacia otro ambiente más húmedo disminuyó su extensión, conservándose hoy este bosque en zonas rocosas y calizas. El encinar está integrado tanto por especies de hoja perenne: laurel (Laurus nobilis), aladierno (Rhamnus alaternus), labiérnago (Phillyrea latifolia) o madroño (Arbutus unedo); como por especies de hoja caduca: espino albar (Crataegus monogyna), avellano (Corylus avellana) o roble (Quercus robur), entre otros. El sotobosque se cierra enmarañado por trepadoras como la madreselsa (Lonicera periclymenum) y la zarzaparrilla (Smilax aspera).


El camino de ascenso se hace ahora empinado, hasta llegar al punto más alto del recorrido junto al collado o Somo Collaríos, donde es aconsejable tomarse un tiempo para contemplar el paisaje costero y la Hoya Somante a pie de Candina (480 m). Comienza el descenso, flanqueando la Hoya Somante hasta llegar a un cruce donde tras tomar el camino de la derecha, el sendero en forma de zig-zag se interna en el encinar hasta desembocar repentinamente en el Bº de Isequilla, donde tomando el camino que sale a la derecha se regresa entre callejas y campos de mies al punto de inicio.

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