PR-S 218 "Senda Ascensión a Montehano"
Montehano es un pequeño monte cónico ubicado en el término municipal de Escalante, en la Costa Oriental de Cantabria, en pleno corazón de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.
Este monte se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, declarado como tal por la Ley 4/2006, de 19 de mayo, de Conservación de la Naturaleza de Cantabria. Se trata del más importante de los humedales cantábricos desde el punto de vista ornitológico al ocupar un lugar estratégico en la ruta migratoria de gran número de aves acuáticas desde su lugar de cría en el norte de Europa hasta sus “cuarteles” de invierno en el sur de Europa y África. Este espacio cuenta también con otras figuras de protección incluidas en la Red Ecológica Europea Natura 2000. Forma parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y Ría de Ajo, además de ser Lugar de Interés Comunitario (LIC) de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. El conjunto está también incluido en la lista de Humedales de Importancia Internacional del Convenio RAMSAR.
El recorrido comienza junto a la cantera de Montehano, a pie de la carretera CA-241, frente al Convento de San Sebastián de Hano. Declarado Bien de Interés Cultural en 1991, los orígenes del Convento se remontan a la Baja Edad Media, siendo la mayor parte de su estructura arquitectónica del S.XVII.
La senda parte de un antiguo y empinado camino situado entre la propia cantera y las instalaciones de la misma para el machaqueo de la piedra. En funcionamiento desde la década de los cuarenta, ya no se encuentra en explotación. El ascenso se hace entre plumeros (Cortaderia selloana) y una plantación de eucalipto (Eucaliptus globulus) rodeado de una orla de vegetación arbórea propia de los encinares.
Continuando el ascenso, y tras girar en una curva hacia la izquierda, nos situamos ya encima del tajo de la cantera, llegando hasta un mirador natural situado en un pequeño saliente del camino. Aquí merece la pena detenerse y disfrutar de las vistas de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, con el detalle de la Canal de Ano, los diques construídos para ganar espacio de prado a la marisma, el Convento de San Sebastián de Hano, el Monte Buciero, los arenales de la playa de Salvé, así como los núcleos de población de Santoña, Laredo, Colindres, Treto o Cicero.
El recorrido se adentra ahora en un denso encinar cantábrico. Este ecosistema forestal está dominado por la encina (Quercus ilex) , especie que ocupó amplias superficies en nuestra región en épocas anteriores, apareciendo hoy como una reliquia en las zonas rocosas y calizas , donde encuentra el ambiente árido que necesita.
En su sotobosque, conviven especies propias de ambientes mediterráneos como el laurel (Laurus nobilis), el labiérnago (Phillyrea latifolia), el aladierno (Rhamnus alaternus), el madroño (Arbutus unedo), con otras propias de ambientes atlánticos como el espino albar (Crataegus monogyna), el avellano (Corylus avellana), el roble (Quercus robur), el acebo (Ilex aquifolium) o el rusco (Ruscus aculeatus), entre otros. El entramado se completa con gran variedad de hiedras y lianas, como la zarzaparrilla o la hierba de san Lorenzo y con un florido estrato herbáceo.
Este monte se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, declarado como tal por la Ley 4/2006, de 19 de mayo, de Conservación de la Naturaleza de Cantabria. Se trata del más importante de los humedales cantábricos desde el punto de vista ornitológico al ocupar un lugar estratégico en la ruta migratoria de gran número de aves acuáticas desde su lugar de cría en el norte de Europa hasta sus “cuarteles” de invierno en el sur de Europa y África. Este espacio cuenta también con otras figuras de protección incluidas en la Red Ecológica Europea Natura 2000. Forma parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y Ría de Ajo, además de ser Lugar de Interés Comunitario (LIC) de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. El conjunto está también incluido en la lista de Humedales de Importancia Internacional del Convenio RAMSAR.
El recorrido comienza junto a la cantera de Montehano, a pie de la carretera CA-241, frente al Convento de San Sebastián de Hano. Declarado Bien de Interés Cultural en 1991, los orígenes del Convento se remontan a la Baja Edad Media, siendo la mayor parte de su estructura arquitectónica del S.XVII.
La senda parte de un antiguo y empinado camino situado entre la propia cantera y las instalaciones de la misma para el machaqueo de la piedra. En funcionamiento desde la década de los cuarenta, ya no se encuentra en explotación. El ascenso se hace entre plumeros (Cortaderia selloana) y una plantación de eucalipto (Eucaliptus globulus) rodeado de una orla de vegetación arbórea propia de los encinares.
Continuando el ascenso, y tras girar en una curva hacia la izquierda, nos situamos ya encima del tajo de la cantera, llegando hasta un mirador natural situado en un pequeño saliente del camino. Aquí merece la pena detenerse y disfrutar de las vistas de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, con el detalle de la Canal de Ano, los diques construídos para ganar espacio de prado a la marisma, el Convento de San Sebastián de Hano, el Monte Buciero, los arenales de la playa de Salvé, así como los núcleos de población de Santoña, Laredo, Colindres, Treto o Cicero.
El recorrido se adentra ahora en un denso encinar cantábrico. Este ecosistema forestal está dominado por la encina (Quercus ilex) , especie que ocupó amplias superficies en nuestra región en épocas anteriores, apareciendo hoy como una reliquia en las zonas rocosas y calizas , donde encuentra el ambiente árido que necesita.
En su sotobosque, conviven especies propias de ambientes mediterráneos como el laurel (Laurus nobilis), el labiérnago (Phillyrea latifolia), el aladierno (Rhamnus alaternus), el madroño (Arbutus unedo), con otras propias de ambientes atlánticos como el espino albar (Crataegus monogyna), el avellano (Corylus avellana), el roble (Quercus robur), el acebo (Ilex aquifolium) o el rusco (Ruscus aculeatus), entre otros. El entramado se completa con gran variedad de hiedras y lianas, como la zarzaparrilla o la hierba de san Lorenzo y con un florido estrato herbáceo.
Tras continuar la marcha en un ligero zig-zag entre el encinar, se va ganando altura y en poco tiempo se llega a la cumbre, donde esperan las Ruinas del Castillo de Montehano cubriendo una amplia esplanada. Se trata de una Fortificación medieval levantada en el siglo XIII y reconstuida en los siglos XVI-XVII compuesta de una torre con cerca alrededor. Actualmente, se conserva parte de la cerca. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1993.
Tuvo cierto uso durante la guerra de los Treinta Años (S.XVIII) y posteriormente durante la Guerra Civil española. De esta época se conservan un búnker y una trinchera en las proximidades.
0 comentarios:
Publicar un comentario