Ascendemos la carretera hacia Matienzo dejando atrás el barrio de Llueva hasta llegar al camino de Colsedo el punto donde comienza la ruta por una pista asfaltada a la izquierda. Se trata de un recorrido lineal, de 3,4 km de ida y vuelta, dificultad baja y dos horas de duración aproximadamente.
La ruta comienza con una pequeña subida donde podemos observar una variada vegetación compuesta por robles (Quercus robur), avellanos (Corylus avellana), nogales (Junglans regia), algún sauce (Salix atrocinerea), y fresnos (Fraxinus excelsior). Al poco tiempo encontramos una cabaña ganadera cuya tipología constructiva merece ser observada.
El camino desciende hasta divisar una segunda cabaña acompañada de dos magníficos ejemplares de encina (Quercus ilex) y algún arce menor (Acer campestre). Dejando la cabaña a nuestra derecha pasamos por una portilla donde comienza una pequeña subida y, justo antes de culminarla, hay que tomar un camino de tierra dificil de ver que nace a nuestra izquierda.
La vegetación se ahce ahora más arbustiva, con gran cantidad de tojos (Ulex europeaus), endrinos (Prunus spinosa), ejemplares de espino albar (Crataegus monogyna), brezos (Erica arbórea) y menta ( Mentha sativa).
A partir de aquí el sendero transcurre por una zona de ascensos y descensos leves, con una vegetación muy variada y singular, destacando notables ejemplares de castaños (Castanea sativa), nogales (Junglans regia), un ejemplar de roble pubescente (Quercus humilis), espectaculares acebos (Ilex aquifolium), madroños (Arbutus unedo), tilos de hoja pequeña (Tilia cordata), mostajos (Sorbus aria) y laureles (Laurus nobilis). Cabe destacar la presencia de hayas (Fagus sylvatica) junto a encinas (Quercus ilex), algo poco habitual en este entorno. Destaca la excepcional variedad de vegetación durante toda la senda.
Seguimos el camino que asciende entre rocas y tierra, observando alrededor el paisaje kárstico, hasta llegar a una torre eléctrica. Dejándola a la derecha, continuamos el recorrido bordeando la ladera del Monte Colsedo, desde donde podemos contemplar el barrio de Llueva, y el magnífico enclave en el que se encuentra: el plano y fértil fondo de valle. Unos metros más adelante finaliza nuestro itinerario en el Picón del Hayal, donde se encuentran dos cabañas ganaderas en ruinas.
Seguimos el camino que asciende entre rocas y tierra, observando alrededor el paisaje kárstico, hasta llegar a una torre eléctrica. Dejándola a la derecha, continuamos el recorrido bordeando la ladera del Monte Colsedo, desde donde podemos contemplar el barrio de Llueva, y el magnífico enclave en el que se encuentra: el plano y fértil fondo de valle. Unos metros más adelante finaliza nuestro itinerario en el Picón del Hayal, donde se encuentran dos cabañas ganaderas en ruinas.
En este punto nos detenemos a descansar y disfrutar de las vistas del Poljé de los Cuatro Valles, y el soberbio relieve Cántabro.
1 comentarios:
que bonito todo
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